REZA TODO LO QUE SEPAS…. Por Teles
El siguiente OS contiene algunas escenas que pueden ser consideradas ofensivas para algunas de nuestras lectoras. Las que se atrevan a seguir leyendo -siempre bajo su responsabilidad- esperamos que lo hagan con mucho sentido del humor... Un beso.
T.
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No me lo podía creer, Aro me llamaba a su presencia y yo a mitad de la cena…bueno, todavía estaba lamiéndole la ingle a la humana que me iba a saciar esa noche.
- Aro dice que vengas de inmediato.- repitió el paciente mensajero.
Con todo el dolor de mi entrepierna, la ponzoña agolpándose en mi garganta y la sed nublándome la vista, abandoné en el lecho a esa rubia que me prometía dejarse morder siempre que la satisficiera antes. ¡Ja! La duda ofende. Primero la poseería y después no sólo la mordería, sino que acabaría con su vida. Así soy, un vampiro eficiente y letal. Pero antes tenía que atender la llamada de mi maestro Aro.
El vasallo me acompañó a sus aposentos y eso me sorprendió enormemente; debía tratarse de un asunto muy serio para que nuestra reunión fuera en un lugar tan privado.
- Puedes retirarte- dijo en tono solemne y el siervo inclinó la cabeza y desapareció caminando hacia atrás haciendo una reverencia. Una vez hubo cerrado la puerta, Aro se desplomó sobre la cama y se llevó las manos a la pálida y apergaminada cara escondiendo el rojo burdeos de sus ojos. Amagó un ligero sollozo.
- Demetri, esto es una catástrofe – dijo desolado- ¡nuestra estirpe se acaba!
- Maestro, no le entiendo- dije sin moverme de la puerta. Estaba absolutamente desconcertado; en los cientos de años que habíamos compartido de existencia jamás había visto a ese ancestral vampiro tan decaído y atormentado.
- Ya no quedan como nosotros… ¡ya no quedan como nosotros!- repetía sin apartar las manos de la cara – ha nacido otro híbrido… ¡Esto es el final! – se lamentaba y juro que tuve la impresión de que si hubiese podido llorar, lo habría hecho como un niño.
- Pero maestro…- se levantó bruscamente y comenzó a levitar de un lado a otro de su dormitorio, agitándose nervioso.
- ¡Qué ha sido de los vampiros sanguinarios y libidinosos! ¡Dónde quedan las leyendas! ¿Tan difícil es? Dímelo, Demetri, ¿tan difícil es comérselas después de poseerlas? Ahora todos quieren tener una familia… ¡Menudo derroche! ¡Esto es el acabose! – gritaba descontrolado.
- Ya sabe que yo siempre cumplo…no dejo a una viva…- levanté una ceja, orgulloso de mi mismo- Si puedo ayudar en algo…- con una inclinación de cabeza le ofrecí respeto y mis servicios.
-Ay Demetri, sabes que confío en ti como en pocos y por eso te he hecho llamar. Necesito que busques a una mujer. Según Eleazar su nombre es Jennie. ¿Puedes creerlo? ¡Le he tenido que pedir ayuda a Eleazar! ¡Ya no nos van a respetar ni los Denali! ¡Volterra se hunde! – perdía el control de nuevo y en lugar de deslizarse grácilmente, se arrastraba como un fantasma.
- Maestro por favor, mantenga la calma, seguro que hay una solución- traté de tranquilizarle. Verle en ese estado me producía una intensa congoja y preocupación; de veras aprecio mucho a mi maestro.
- Esa chica posee un poder que nos puede sacar de este atolladero de “sexo los sábados”. Por lo visto es la lujuria personificada. Eleazar dice que ella no lo sabe todavía, y que vive sumida en la represión más profunda pero que pronto lo descubrirá y eso es lo que necesitamos aquí: una mujer con el don de desatar los deseos más salvajes y desenfrenados.
- Lo he entendido perfectamente – asentí con la cabeza. Tras sus ojos nublados y sanguinolentos refulgía un rayo de esperanza.
- ¿Disponemos de algún dato más? – pregunté para empezar a trazar un plan de rastreo; porque ese es mi don y a eso me dedico: soy un rastreador implacable, el mejor que ha existido jamás.
- Sólo que vive en Forks y que su piel tiene un intenso olor cítrico, como a lemmon, perdón, limón…ya no sé ni lo que digo. – Se disculpó apesadumbrado- Demetri, vuelve con esa mujer y salva nuestro imperio. – aquello sonó más a súplica que a orden, pero Aro no suplica nunca, así que me lo tomé como una orden.
- A sus órdenes- me cuadré, salí de sus aposentos y con esto terminó nuestra charla y empezó mi misión. Debía encontrar a la humana lujuriosa… éste sin duda iba a ser mi mejor rastreo en siglos.
Como no es bueno pensar con el estómago vacío volví a mi habitación. Mi humana continuaba esperándome desnuda, tendida en la cama.
- Has tardado, amor-dijo con voz sugerente estirando los brazos hacia mí. ¿Amor? A esta sí le iba a dar yo amor...Para qué mentir, me encanta jugar con la comida.
Me desnudé con la misma velocidad infrahumana que unos minutos antes me había colocado la ropa bajo la capa y sin preliminares ni miramientos concluí lo que había empezado. Generalmente suelo tomarme mi tiempo, pero el trabajo es el trabajo y yo tenía que encontrar a otra humana.
Aun así, por la cantidad de gemidos, jadeos y grititos que emitía y las casi ininteligibles frases del tipo “no pares” “sí, así” y “eres el mejor” que pronunciaba supuse que la había dejado satisfecha. Pero antes de siquiera preguntarle -cosa que no tuve en mente en ningún momento porque yo soy un depredador-, mis dientes estaban clavados en su cuello y su sangre me caía por la garganta saciando mi sed y enrojeciendo un poco más mis ojos.
Plenamente satisfechos todos mis instintos, la abandoné en la cama. Sabía que a mi vuelta del Nuevo Mundo su cuerpo inerte ya no estaría enredado entre las sábanas, de hecho, tenía claro que nuestro eficaz servicio de limpieza las quemaría con ella. Me gusta el tacto del raso bajo sus cuerpos; me gusta el sonido que produce el roce de su piel con ese tejido cuando se estremecen. ¿Parezco acaso un vampiro tierno o nostálgico? No, sólo un poco fetichista.
Lo peor de tener que salir del palacio es la cuestión de las lentillas. Odio con todas mis fuerzas tener que usar esas estúpidas e incómodas lentillas.
Cuando llegué a la recepción, Gianna me ofreció los billetes para viajar al Nuevo Mundo. Sabía que esta humana y Felix se traían algo entre manos, pero sinceramente esperaba que fuera listo y no la dejara embarazada porque, en tal caso -siendo como es Felix otro de los vampiros que conforman su guardia de confianza-, a Aro definitivamente le daría el equivalente vampírico a un ictus; que a sus tropecientos mil años, pues hay que reconocer que el maestro ya no está para muchos trotes.
Lo mío con Heidi era otra cosa, ella era vampira y lo nuestro sólo era sexo, sexo seguro, sin limitaciones. Heidi es agresiva y voraz como una mantis religiosa y como el insecto, también se come a sus amantes humanos tras la cópula –a veces incluso durante el mismo acto-, siempre empezando por la cabeza. ¡Cómo adoro a la fiera de mi niña!
- Uno de ida y dos de vuelta, las fechas de vuelta no están cerradas- me informó con una sonrisa que no sé exactamente a qué vino, porque ella sabía de sobra que a mí viajar en avión no me gusta nada; que sin lugar a dudas prefiero correr y nadar- pero en cuanto la encuentres sólo tienes que avisarme y lo gestionaré todo desde aquí.- dijo la diligente recepcionista.
Aro tenía toda la razón, ¿a dónde íbamos a parar? Yo, un vampiro centenario cambiaba mi atuendo exquisitamente sombrío por un par de pantalones vaqueros y una camisa de lino; cubría mis ojos rojos con unas lentillas que me los volvían violetas y tomaba de manos de una humana una identificación, un teléfono móvil además de un sobre con dinero y billetes de avión. Disfrazarme de humano siempre me ha parecido ridículo y demencial.
- Gracias Gianna- hastiado guardé los objetos de atrezzo en el bolsillo del pantalón, levanté una ceja y ella me sonrió condescendiente.
- De nada Demetri. Ya verás, Forks te va a encantar es un lugar húmedo y frío- pienso que esto me lo dijo para animarme; pues bien, no lo consiguió.
El vuelo fue un horror… que si quería una revista, que si me apetecía una copa, que si le coloco la almohada para dormir…la sexy azafata se ponía en peligro cada vez que se me acercaba y yo allí, conteniéndome hora tras hora. No lo pude evitar, me la comí en cuanto aterrizamos. Hubiese sido muy fácil encerrarme con ella en un baño del aeropuerto, pero Gianna me advirtió que estaba plagado de cámaras de seguridad, así que esperé a que saliera y como un vulgar humano desesperado, primero nos lo hicimos en el asiento trasero de su coche. Fue verdaderamente incómodo; añoraba mi cama y mis sábanas.
En cuanto llegué a Forks la olí. Su esencia era verdaderamente cítrica, como si acabaran de partir un limón. Seguí su rastro y de algún modo –según lo que me había contado Aro sobre la permanente represión de sus instintos más bajos y deseos más oscuros- no me sorprendió que a pesar de que fueran cerca de las 2 de la mañana, me llevara a una Iglesia. Abrí con sigilo la puerta y allí estaba: sola, en postura penitente; arrodillada con la cabeza gacha y rezando en silencio. La observé unos instantes antes de que una oleada de desenfreno sexual me obligara a acercarme a ella. Empezaba a salivar y notaba cómo mi miembro crecía formando un buen bulto en mi pantalón. Sí, ella era Jennie.
Caminé a una velocidad nada humana y una vez sentado en el banco trasero pude escuchar sus plegarias:
- Oh Dios, salva a estas chicas perdidas, pecadoras e inmorales del fuego eterno del infierno… ten en cuenta que sólo son unas enfermas mentales, unas inconscientes que no saben lo que hacen; no es su culpa, son la lujuria y la perversión que dominan sus mentes corruptas. - ¿A quién demonios se estaría refiriendo? Sin duda debían ser unas mujeres extremadamente libertinas, lascivas e indecentes para que alguien rezase por sus almas a esas horas de la madrugada.
Yo tenía orden de llevarla a Volterra con vida de modo que me frené para no abalanzarme y hacerla mía frente al crucifijo. Sí, mejor era que rezase todo lo que supiera.
- ¿Qué haces aquí solita, preciosa?- dije poniéndome de pie al lado de su banco. Sabía que me había pasado con el calificativo, porque no era preciosa en absoluto, de hecho en otras circunstancias –sin que ejerciera su poder sobre mí, me refiero- dudo mucho que me hubiese provocado semejante erección.
Ella giró la cabeza y su boca quedó a la altura de mi inflamación y entonces otra esencia se unió al aroma cítrico que ya la envolvía. Estaba excitada. El monstruo en ella parecía que empezaba a despertar. Mmmm… realmente iba a gozar con esa misión.
- Yo…yo…sólo rezaba – dijo moviendo las manos temblorosas, tamborileando sus dedos sobre el apoyo de madera. Mientras movía sus labios para hablar imaginé cómo se sentirían alrededor de mi palpitante miembro. Dichosa lujuria. Estuve tentado de bajarme los pantalones y obligarla a que ocupara su boca con toda mi inmensidad. Me moví hacia delante un poco más, acercando mi pantalón a su nariz; ella no se apartó y su esencia se hizo más intensa; quizá ella quería que lo hiciera.”Calma Demetri, tiene que llegar viva” me dije para dominarme.
- ¿Por quién rezabas, corazón? – si a ella no podía poseerla, lo haría con alguna de esas almas perdidas. Sentía como hervía mi interior. ¡Qué diablos! Si los demás podían hacerlas suyas sin matarlas, yo no iba a ser menos. Desabroché mi pantalón y sin esfuerzo se reveló toda mi dureza rozándole la cara. Ella abrió mucho los ojos y no hizo menos con su boca.
-Ohh!- exclamó con sorpresa y sus labios empezaron a rozar la punta del mástil. Sí, ¡Oh!. Lo tomó con las manos, y empezó a acariciarlo, torpe, como si esa fuera la primera vez que tenía uno tan cerca. Esa idea se fue de mi cabeza en cuanto lo introdujo en su boca y empezó a recorrerlo con la lengua. Esa lengua juguetona sabía bien lo que hacía. Su boca avariciosa y repentinamente pecadora trataba de hablar pero de ningún modo quería soltar mi miembro. Yo lo esta disfrutando y llevé mis manos a su cabeza para mantener el ritmo y embestirla, siempre tratando de no ahogarla. Escuchaba sus gemidos de placer y sus manos me aprisionaban las nalgas. Sí, a ella esto le gustaba. Terminé con un alarido y ella tragó, no precisamente en seco. Tenía los ojos llorosos, supongo que por el esfuerzo y se removió inquieta juntando las piernas. Ella también quería disfrutar lo suyo. Pues definitivamente se lo iba a dar. La levanté dispuesto a acostarla sobre el banco.
- No aquí no, no frente al altar – suplicó repentinamente beata a la que minutos antes le cabía mi inconmensurable excitación en su boca.
- ¿Dónde entonces? – Quise saber -bastante impaciente, por cierto-, mientras me abrochaba los botones del pantalón. Estaba duro de nuevo; así somos los vampiros, insaciables y de rápida recuperación.
- Hay una mansión encantada en el bosque….es un antro de perversión donde están reunidas un grupo de pecadoras… precisamente por la salvación de sus almas estaba rogando antes de que aparecieras. Carraspeó y tragó de nuevo; mi sabor todavía se confundía con el de su saliva y su sexo, terriblemente húmedo. El olfato, ¡qué gran e indiscreto sentido!.
- Vamos pues- la levanté del banco tomándola por un codo y ella no opuso resistencia. No me esforcé por deslumbrarla, no hizo falta; se notaba a la legua que estaba lista para mí, dispuesta para que la tomara en cualquier momento. Una vez fuera de la iglesia la subí sobre mi espalda y empecé a correr. Su centro me quemaba a través de la ropa. Sí, ella estaba muy caliente.
- Oh Dios perdóname, Oh Dios perdóname- se lamentaba pero al mismo tiempo apretaba con fuerza las piernas, buscando el roce. No cabe duda que ella sentía el placer culpable del que hablaba Eleazar.
- Tranquila, llegaremos pronto – traté de aplacar su ardor presionando su trasero con mis manos, ella suspiró alto y supuse que la costura de su pantalón estaba contribuyendo a mantenerla en ese estado de excitación permanente. Mejor, así estaría todavía más preparada para recibirme en su interior.
A lo lejos se divisaba una enorme y pavorosa mansión y disminuí la velocidad. Todavía subida sobre mí se revolvió una vez más y por los gemidos que escaparon de su garganta pensé que había alcanzado el primer orgasmo. Sin tocarla, sólo con el roce de su pantalón contra mi espalda. La posé en el suelo. Sus piernas tambaleantes y de nuevo el profundo olor que despedía me lo confirmaron. Esto era prodigioso.
- Están allí- señaló con el brazo extendido- ¡las viciosas están allí!.-gritaba despavorida señalando hacia aquel lóbrego lugar.
- Quizá les quede una habitación libre – dije para mí y ella me escuchó y se sonrojó, pero en lugar de correr en la dirección contraría -como desde luego esperaba que hiciera- , se lo pensó unos instantes; su mirada se enturbió por el deseo y tomó mi mano.
- Eso espero- dijo con la voz entrecortada mientras me arrastraba en dirección a la mansión. Desde luego que ese orgasmo había desatado todo lo que guardaba bajo siete llaves en su interior…Y eso que todavía no me había probado a mí entre sus piernas.
Conforme nos acercábamos una mezcla de olores me embotaban los sentidos, olía a humanos, vampiros, metamorfos, sudor y sexo, mucho sexo. También percibí unas extrañas presencias extraterrenales que debían ser los fantasmas que habitaban el lugar. Sinceramente no me preocupaban en absoluto porque yo –insatisfecho y en posición de ataque-, doy mucho, pero que mucho miedo.
Llamamos a la puerta y nos abrió Alice Cullen, quien torció el gesto en cuanto vio a mi acompañante.
- Ya estamos otra vez con Jennie molestando… ¿qué vienes a llamarnos ahora, zorras mayúsculas?- dijo visiblemente enfadada. Por lo visto Jennie no se limitaba únicamente a rezar por sus almas, mantenía, por así decirlo, una queja más activa- ¿y tú Demetri...? ¡Oh no! – No pudo terminar la frase. Cerró los ojos y estiró una mano hacia el frente, debía estar teniendo una visión - ¡Venís a disfrutar del pecado! –Exclamó asombrada- De Demetri me lo podía esperar, pero quién lo diría de ti…- dijo sonriendo sarcástica. Jennie avergonzada bajó la cabeza y no contestó.
- Alice, ¿hay alguna habitación libre?- le pregunté ansioso por hundirme en el centro palpitante de mi acompañante. Después de todo yo soy un vampiro vicioso y agresivo y ella una simple humana, caliente y descarada.
- Claro, al fondo a la derecha… ¿terminarás el trabajo?- me preguntó divertida levantando una ceja. No sé bien a qué se refería el duende vampiro, pero le contesté con un gruñido y agarrándola por el brazo llevé a la humana hasta el cuarto que me había indicado.
Le arranqué la ropa y la tiré sobre la cama. Notaba hasta cómo las lentillas me hervían en los ojos. Ella tenía en la expresión una mezcla de miedo y deseo que me ponía frenético. Respiré hondo aunque no lo necesitaba y con la lengua empecé a recorrer su cuerpo. Me lo tenía que tomar con calma si no quería acabar con ella en el primer embate. Su centro era, hasta el momento, el más jugoso que me había encontrado en mi existencia, y lo lamí con dedicación arrancándole suspiros y gemidos. En eso no se diferenciaba del resto de humanas que había poseído. Tuve que concentrarme en no apartarme de mi objetivo y así no morderle la arteria femoral cada vez que ella se arqueaba para que mi lengua alcanzara su punto más profundo. Tras unos minutos noté perfectamente como ese estrecho hueco se estremecía apretando mi lengua entre sus paredes. Tuvo un segundo orgasmo. Seguí jugando esta vez con mis dedos, introduciendo primero uno, luego dos y por último tres. Observé su cara desencajada por el placer mientras resbalaban en su interior debido a su tremenda excitación. Húmeda y estrecha, pero sin barreras; no, ella no era virgen.
Sus gemidos se hacían cada vez más agudos y audibles y yo, -fuera de control al notar que llegaba su tercer orgasmo- me agarré al colchón unos instantes antes de enterrarme en ella. Debía ser gentil, no debía matarla bajo ningún concepto. “Despacio Demetri” me dije y mi dureza milagrosamente me escuchó y se sometió, reservándose mi lado más salvaje e impetuoso para cuando estuviera con Heidi. Encontré en su centro un caliente y húmedo lugar que contrastaba con la frialdad vampírica de mi miembro. Por un momento pensé que iba a fundirme en ese horno. Desde luego esta era una humana muy fogosa y la teoría de la represión dejaba de tener validez, al menos a efectos prácticos.
- ¡Oh Dios!, ¡Oh Dios!- gritaba con cada una de mis embestidas, retorciéndose para ayudarme a llegar hasta el lugar más recóndito de su acogedora cavidad.
- Deja a Dios tranquilo, que esto que hacemos no tiene nada que ver con Él- murmuré entre dientes mientras la llenaba. Terminé en su interior y de repente el pánico me invadió. No habíamos tomado precauciones. Eso no era algo de lo que yo me preocupara habitualmente dado el terrible e inevitable fin del resto de mis amantes humanas.
- ¿Utilizas algún tipo de método anticonceptivo?- le pregunté, incorporándome angustiado mientras ella me abrazaba. Eso debía ser lo que algunos llaman “cariño postcoital”. Nunca había experimentado eso antes ya que Heidi -la única que sobrevivía tras una sesión de sexo conmigo- siempre tenía que salir corriendo a “pescar” humanos para el almuerzo.
- Bueno, sí… tomo la píldora, pero sólo para ajustar mi ciclo hormonal…- se justificó pudorosa, sonrojándose. Algo me decía que esa chica no era la primera vez que se acostaba con un desconocido. Suspiré profundamente y me llevé las manos a la cabeza; sin duda, como algo fructificase en su interior me habría metido en un buen lío. Tras unos segundos di con la solución. Busqué el teléfono en el bolsillo del pantalón y marqué el único número que había en la agenda.
-Gianna, soy Demetri… Sí, aquí la tengo…saldremos de inmediato… ¿podrías comprar de la farmacia unas pastillas de esas para “el día después”?...no te rías, no tiene ninguna gracia…ella está bien….sí, viva…vale…nos vemos en unas horas.
- Pero… ¿tú qué es lo que eres? – preguntó repentinamente aterrada, cubriéndose el cuerpo con las sábanas.
- Yo soy un vampiro ¿qué esperabas?- dije extrañado por semejante pregunta ¿Acaso no me había visto correr? ¿No había notado que era extremadamente frío? Esta chica había debido de estar más concentrada en su propio goce que en cualquier otra cosa…qué humana más egoísta…en fin- Y tú eres la que va a devolver la lujuria a los vampiros de Volterra. – le informé con orgullo de su papel en todo esto; una sonrisa tétrica y diabólica se me dibujó en los labios.
- ¡Oh no!- suspiró tapándose la boca con las manos. Mmmm…su boca.
- ¡Oh sí! Y ahora ven aquí que me ha gustado eso que has hecho antes cuando estabas arrodillada… - Y ella me obedeció gustosa y dedicándome una sonrisa picarona se deslizó sobre la cama, posicionando su cabeza a mitad de mi cuerpo. Así que en la cama de aquella mansión encantada, escuchando las risas del resto de vecinas y el arrastrar de cadenas de algún que otro fantasma, se dejó olvidado cualquier atisbo de culpa que quedara en su cuerpo y se entregó, sin más, al éxtasis.
FIN
13 comentarios:
T, amiga de mi alma, rezamos por tu alma.... ja ja ja!!! Lo amooo, y lo seguiré amando por el resto de mis dias, te quiero amiga y gracias por animarte!!! Lo amo, con palabras grandes amiga!!!!!
ohhh.... T.... me encanto.... me alegro tanto de que lo hayas publicado.....
besos nena....
Eso es, ese es mi vampiro maloote, apenas lei unas lineas y ya me gusto el shoot jeje
Ese Aro es de los mios!
Al cuerno los vampis buen pedo! jajaja
Sigo...
XD pobre Aro, confundio el limon, si asi me pasa ¬¬
Sus rezos... jajajaja xD Perdon Jebus, pero es que...
jajajajaja
y que se la saca... o_O
Mañana continuo, ya me corren del inteneee u_u
jajajaja xD
Estuvo re bueno... Mi Dios, gracias por hacer personitas como T! ^^!"
jejeje
xoxo Un abrazooote mi T
T que me parti d ela risa leyendolo como tres vece cuando lo recibi cuando lo publique y ahora ... ahy dios gente ya comence a rezar por todas esas almas pecaminosas y libertinas ...
QUE DEMETRI TAN FOGOSO TE HAS HECHO AAAA.... mmm asi hasta yo deseo mpoeserr el don lujurioiso de tu poersonaje ... LOOOO AAAAMEEE!!!
Creo que debes rezar mucho sii no qiieres iir al infiierno mii T
ajjaa
ame esto
Sólo que vive en Forks y que su piel tiene un intenso olor cítrico, como a lemmon, perdón, limón…ya no sé ni lo que digo.
ya m iimagiinO a Aro diiciendO eso de x sii tiiene cara de pervertiidO jajaja hermosa pues q te diigo sii ya sabes q lo q hagas o escribas siempre me encantará siimplement xq es bello, y mira q seciiOn nos diiste de lemmon omG sOii una pecadora soii una pecadora
jaja no importa x)
te amo mii T!!!
jajaja T lo ame!!! mi T!! aa jajaja esa "marie jane" jajaja se pasa!! que rese si señor!!! jaja esas pobres almas inocentes jaja me recordo a ursula de la sirenita xD y su olor a lemmon jaja ese aro!! y como dice mi sensei arriba los vampiros buen pedo!!
Te lojuro q me tienes asi O_O y asi xD xP jajaja
eha eha!!! lo ame T!!! jaja y espero Mj lo ame tambien xD
ese demetri jaja se la saco!!! de la manga xD
Gracias Nenas! Aquí todas nos lo pasamos muy, muy bien cuando hay jaleo...!!
Os adoro!!
Un beso.
T.
Yo qué te dije T?????
Triunfas, como siempre!!! El OS es divertido, lemmonero y pervertido a tope....vamos....la combinación perfecta para que guste a esta bandita...jajjaja
Además...sabes que a mi me encanta todo lo q escribes, q cuentas con mi apoyo incondicional!!!
Sigue así ¿Para cuando nuevo OS? jejejej
Millones de besos cielo!!!
TE ADORO!!!!!!!!!!
T. bueno... tú sabes que no es de mi estilo... pero debó reconocer que esta genial porque mezclas en la cantidad exacta el humor y el cinismo con la lujuria. Así que lejos de "escandalizarme"... jajaja me has hecho sonreir bastante.
Sobre todo con eso del olor a lemmon, jajaja.
Ohhhh mi T adorada T rezo por tu alma ypor la mia! JEsuuusss!!! yo quiero pecar asii! jajjaa te adoro mi Teles! hermoso simplemente sexoso y espectacularrr
Ohhhh mi T adorada T rezo por tu alma ypor la mia! JEsuuusss!!! yo quiero pecar asii! jajjaa te adoro mi Teles! hermoso simplemente sexoso y espectacularrr
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