Para tus sentidos...

marzo 11, 2010

ONE SHOOT - SALVAJE POR BEU MORITA



SALVAJES

Alec POV

Maldito olor. Seguro que los lobos rondaban por aquí. Y yo como imbésil buscando a Demetri, si claro, como soy el más idiota.

Las calles de Forks estaban desiertas, ni un humano con quien divertirme. Bufe molesto. Caminaba por una calle solitaria, seguía el olor de Demetri o lo que creía que era porque estaba mezclado con otros perfumes dulzones y que me picaban la nariz.

Más le valía al tonto de Demetri tener un par de humanas ahí, me moría de hambre, esta bien no, pero quería jugar un rato con alguna linda presa. Las humanas siempre me parecieron lindas, hasta cierto punto, irresistibles.

Camine más aprisa, ese olor. Diablos, ahora inundaba el lugar, la niebla no me dejaba ver el suelo por el que caminaba. Supongo que hacia frío, pero bueno eso no me importaba demasiado, mi cuerpo ahora indestructible soportaba cualquier clima, dolor, todo.

Unos pasos sigilosos se oían a mis espaldas, gire para encarar eso que me estuviera siguiendo, no había nada. El bosque estaba desierto, así como la calle principal por la que comencé a caminar.

Tome aire por la boca… ese olor de nuevo. Ahora me invadió los pulmones. Seguro que alguien o algo me seguía. Era algo porque no escuchaba latidos de corazón ni nada. Me gire despacio en todas direcciones. No, no veía nada. Olía ese perfume dulzón. Solo eso.

-¿Qué haces aquí?- Pregunto una voz, busque con los ojos la dueña, porque era una mujer. Fue tan veloz que apenas vi borrosamente su silueta posarse frente a mí.

Era morena y pequeña, bueno comparado con mi tamaño era pequeña, delgada y de cabello ondulado, sus ojos… rojos, tanto o más que los míos. Me analizo de pies a cabeza e hice lo mismo. A pesar de ser pequeña, tenía unas curvas bien formadas y de inmediato la ponzoña se acumulo en mi boca. Esa mujer, tenia que ser mía. Me atraía en un sin numero de formas.

Me miraba sigilosa, di un paso hacia delante, tratando de acercarme a ella, ese olor dulzón tenia que ser de ella, cerré mis ojos e inunde una vez más mi muerto cuerpo con su aroma. Una mezcla de perfumes: entre caramelo quemado y girasoles, si, tenía que ser un aroma floral.

-No te me acerques- Dijo con la voz entre tensa y molesta. Era una chica dura de roer, un reto. Me encantaban los retos.

-No te haré daño- Le asegure. Por supuesto que no la dañaría, ella me atrajo y ahora tendría que pagar su atrevimiento.

-Claro- Torció la boca de lado y maldita sea, se me hizo agua la boca-, ahora contesta mi pregunta.

-Busco a alguien- Le dije cortante.

-Aquí no hay nadie, largo- Ordeno. Su actitud me estaba volviendo loco.
-No me iré- Le dije alzando una ceja.

-Eres de los Vulturi, ¿no?
-Si, ¿Cómo lo sabes?
-Tu actitud, así estaba el otro…
¿El otro? Ese debía ser Demetri.

La chica comenzó a caminar, sus pasos eran firmes y exactos, sus pechos se movían ligeramente, su cabello se levantaba por el aire ondulando cerca de su cabeza. Hasta ese momento no me percate de cómo vestía. Pero al verla caminar frente a mí, la escanee por completo. Un vestido negro, con un leve escote redondo en su pecho, se veía un poco sucio y con ramitas y hojas de árboles. Sus pies calzaban unas botas de agujetas a media pantorrilla, también desgastadas. En sus brazos descubiertos traía una muñequera de piel con un lobo en relieve. En su oreja derecha tenia al menos 5 perforaciones, de la otra traía un colmillo pendiendo del lóbulo. Baje por sus mejillas, como me hubiera gustado verlas sonrojadas, en ningún momento me presento miedo, se le veía alerta, ladeo un poco su cara, parecía enfocar algo, como si quisiera escuchar mejor; no me importo, me concentre en ese cuello… desee lamer ese moreno cuello. Maldita, esa estúpida vampira me tenía en sus redes.

Se veía salvaje, rebelde, ruda, aunque a la vez dulce y tierna, sonreí. Imagine esas botas en mis hombros, me encantaba que los zapatos de las chicas combinaran con mis orejas.

-¿Qué es gracioso?- Se detuvo a unos cuantos pasos de mí.

-Nada- Pero aun sonreía.

-Será mejor que te vayas- Anuncio de repente poniéndose un poco tensa.

-No quiero irme.

-Maldita sea…- Bufo.

A la velocidad de la luz dio media vuelta y comenzó a correr. La seguí y la alcance en unos segundos. Era veloz y mucho. Seria divertirlo seguirla.

-¿De quien nos escondemos?- Pregunte.

-No me escondo…- Digo sin siquiera agitarse, claro somos lo que somos. Y sonrío. Su sonrisa estaba llena de malicia, de picardía, de fuego. Me perdí en esos delgados labios torcidos y de pronto choque con algo enorme.

Caí al suelo, quizá una roca, pero no, la hubiese destruido con mi cuerpo. Ella estaba de pie junto a mí y seguía sonriendo.

-Llevo dos- Se dirigió a alguien y ese alguien comenzó a reírse con ganas…

-Vámonos- Le dijo esa voz, era un hombre.

Desde el suelo la vi alejarse con otro grandulón casi como Demetri. Maldición. ¿Qué demonios pasaba? Me puse de pie, sacudí mi ropa y les di alcance.

Seguían riendo, su risa melodiosa me hirvió la sangre con furia y si, lujuria. Tenia que aceptarlo muy a mi pesar, esta mocosa me traía loco. Cuando estuve lo suficientemente cerca de ella, la tome del brazo y la jale, la empuje con fuerza a un tronco grueso de árbol. El choque de su espalda con el tronco sonó escandalosamente. El grandulón se tenso, pero ella lo detuvo, estiro su mano y en el acto el tipo se paro.

-Te arrepentirás por jugar conmigo- La amenace. Ella sonrío, de nuevo pícaramente.

-¿Ah si?- Alzo una ceja-, Emmett, vete, yo me encargo- Ese nombre… oh, era un Cullen, ella era una Cullen…

-Eres una Cullen- No era una pregunta.

-No, solo vivo con ellos por un tiempo- Se acomodo bajo mi agarre. La tenía muy cerca de mi cuerpo. Si aun tuviera un corazón que latiera apostaría que lo sentiría bajo mi pecho-, ¿Te importaría quitar tu mano de mi cadera?

-¿Eh?- Baje la mirada y si, así era, la tenia firmemente agarrada de la cadera. La quite pero no deje de presionarla en el árbol. Sus ojos no dejaban de mirarme.

-Así que…- Puso ambas manos en mi pecho, juro que un torrente de electricidad recorrió mi cuerpo. Sonrío de nuevo, con esa malicia que empezaba a ser típica de ella.

Me empujo, fui a dar con un par de árboles que crecían juntos, éstos crujieron cuando choque con ellos.

-Alcánzame si puedes…- Rió contenta y se desvaneció en el aire a velocidad vampirica.

Su aroma era un camino delicioso por seguir. Le di un poco de ventaja, verla correr frente a mi me ponía bastante enfermo.

-Vamos, ¿o qué? ¿Eres otro humano más?- Que me incitara con esas frases me impulso más.

Corrí hasta alcanzarla. De pronto se detuvo. Estiro una mano a mi pecho y me detuve en seco. Eso se sintió raro. Mucho. La mire extrañado y ella lo noto.
-Tranquilo, no eres el único con poderes por aquí- Decía tan normal como cualquier cosa.
-Si…- Logre decir.

Camino hacia donde estaba, deslizo una mano por mi pecho, no respire, la mire alarmado, ¿Qué intentaba? ¿Provocarme? ¿Excitarme? Lo estaba logrando.
-Ven…- Término el recorrido de mi pecho con su mano, antes de llegar a la pretina de mi pantalón, sus delicados dedos se encontraron con mi mano.

Delicada y ruda, me jalo por un camino donde los árboles no dejaban pasar la luz de luna, obvio veíamos perfectamente. Tome con fuerza su mano y ella se giro para verme.
-¿Qué?- Miro nuestras manos y mi cara.
-¿A dónde me llevas?, ¿es parte de tu jueguito?- Alce el labio un poco, sin mostrar los dientes.
-Te gustaran mis jueguitos- Anuncio alzando la barbilla.
Diablos, esta chica me traía vuelto un caos, con esos gestos, sus ojos, sus labios, su piel, su olor. Digo, ni la había besado y ya me sentía orgasmeado.

Caminamos un rato más, mientras yo me deleitaba con la suavidad de su morena piel. Mi pulgar acaricia sutilmente su muñeca izquierda. Con lo poco que veía de su rostro, sonreía.

A lo lejos se veía una enorme Mansión, por fuera se veía horrible, no quería ni imaginármela por dentro.

-Si, es horrible- Coincidió.

-Mucho- Susurre, intentando no ofenderla, si ese era su hogar que más daba si tenia que pasar la eternidad en ese tétrico lugar, el punto era estar a su lado.
Rió por mi respuesta.

Entramos por la puerta trasera de la enorme mansión, seria mejor llamarla, por la puerta a punto de caerse de la Horrible y enorme casucha.

-Shh- Puso un dedo en mis labios. Asentí. Cerré los ojos dejándome llevar por el roce de su dedo índice en mis labios, abrí un poco la boca y lamí la punta de éste.

-Hey, eso es jugar sucio- Lamí de nuevo su dedo, ella se mordió el labio.

-Si, lo siento- Aunque fuese una rotunda mentira.

-Shh- De nuevo ordeno, tapo mi boca con su mano, gire los ojos tratando de ubicarme en ese mugre lugar. Un par de azulejos aun en su sitio con motivos de comida… La cocina. Perfecto, hora de la cena, y mi cena me tenía en silencio.

-Vamos, pero no hagas ruido- Murmuro, para cualquier otra persona solo hubiera visto sus labios moverse, pero para mi, un vampiro con todas las de la ley, su voz me llego a los oídos fuerte y claro.

Entre lazo sus dedos con los míos. Salimos de la cocina, subimos las escaleras, estas apenas crujían al sentir el peso de nuestros cuerpos. Subimos otra planta y caminamos por un largo pasillo. Tenía varios cuadros llenos de telarañas, polvo, suciedad. Totalmente descuidado el lugar. Probablemente con algo de cuidado seria un lugar… habitable.

-Por aquí- Anuncio, abrió la puerta de la última habitación del pasillo.

Cuando entre por completo cerró con llave.

La habitación no era como la imagine, tenia velas por doquier, una cama enorme con sabanas nuevas, moradas y almohadones del mismo tono.

-Bienvenido a mi guarida- Sonrío. Sin soltarme caminamos por la pieza-, mi cama, el espejo, el baño- Abrió la puerta y una tina enorme, pero si, completamente descuidada-, no necesito ducharme así que…- Alzo los hombros.

-Ni dormir- Comente.

-Ja. Pero a veces tener una cama es… necesario- Y un tono pícaro se escucho.

-¿En serio?- El juego comenzaba ahora…- Y ¿Para qué es necesaria?

-Para muchas cosas…

-Por ejemplo…- La incite.

-Hum- dejo mi mano y se rasco la barbilla. Sabía como jugar. Me rodeo y se puso atrás de mi, se puso de puntitas y susurro en mi oreja-, para divertirse.

-¿Ah si?- Tenia un nudo de excitación en la garganta. Y solo podía ser liberado de una forma. Y esa forma seria entregarme y saciarme de su cuerpo.

Lilith POV

Cuidar humanos. Por favor. Si ni ellos se pueden cuidar de si mismos. Ahora resulta que los tengo que cuidar. Solo lo hacia por mantener la fiesta en paz con los Cullen, era buenas personas si, muy buenas. Esperen, ¿personas? De nuevo…
Eran buenas bestias, si, y todo lo demás. Pero me ponía de malas tener que hacerle de niñera de turistas despistados.

El único Cullen que me seguía el paso era Emmett, aguantaba sus bromas pesadas y él las mías. Lo cierto era que no quería nada con Emmett, simplemente me divertía a su lado, a él le encantaba ser vampiro tanto como a mi, no era una maldición, solo una forma de vida.

El plan de esta noche era… no había plan, tan solo divertirnos con los despistados. Ya hacia tiempo paso uno, un grandulón como Emmett, pero menos simpático, era guapo y todo, pero no tenia esa chispa.

La eternidad me quedaba bien, disfrutaba de todo tipo de placeres, y cuando digo todo tipo, si es todo tipo. Mi belleza exótica aumento en mi transformación, mi piel se volvió suave, tersa. Mis labios tenían un toque rojizo que cautivaba a propios y extraños. Podía dármelas de damisela en apuros y los hombres iban a mi rescate como moscas a la miel. Su cuerpo no me llenaba completamente, ya que al ser humanos necesitaban de cierto tiempo de recuperación, nada como tener a un vampiro salvaje a tu lado. En pocas ocasiones compartí cama con unos cuantos.

Los olores del mundo eran los que más me gustaban, los del campo silvestre, el desierto, las montañas nevadas, todo, claro excepto la comida. Pero el que más me atraía era el olor a hombre… y percibía uno, uno muy potente y exquisito.

Eso no podía pasarme, no, no, no después de tanto, tanto tiempo. Apenas tenia 17 cuando me volví lo que soy. No me quejaba, me gustaba mi eternidad.

Alcance a ver una silueta, era un hombre, mi hombre. Me acerque como buena cazadora, él no percibía mis movimientos, su cabello corto y café, le lucia tan bien, y enfundado en esa ropa elegante me inundo la boca de ponzoña.

Giro rápidamente, pero no me vio. Me pare frente a él. Tenia que verlo mejor, quería, necesitaba más que nunca jugar con él. Esta era una oportunidad que no perdería…

-¿Qué haces aquí?- Le dije amenazadora. No podía evitarlo, esa era mi naturaleza. Rápido se giro y pude verlo mejor. Si Dios existía este debía ser un ángel caído, claro un ángel maldito, porque esos ojos lo delataban.

Su vestimenta consistía en un traje negro con corbata roja. Por todos los demonios, deseaba lanzármele encima y reclamarle la posesión de mi cuerpo. Con ningún otro ser me sentía así. Después de observarnos un tiempo, dio un paso al frente. Me tense un poco, su cercanía me haría más difícil el juego. Lo vi cerrar sus ojos, se veía aun más atractivo.

-No te me acerques- Fue una advertencia, porque estaba segura que si daba un paso más, me lo comería…

-No te haré daño- Pero no yo estaba segura de prometer lo mismo. Podía arrancarle sus ropas y hacerlo mío en ese mismo bosque, importándome poco el espectáculo que le daríamos a Emmett.

-Claro- La que le haría daño seria yo. Lo haría gritar de placer. Y, maldita sea, lo haría rogarme por más. Venga, concéntrate Lilith -, ahora contesta mi pregunta.

-Busco a alguien- Dijo secamente.

Espero que no sea una chica. Porque la mataría. Estoy segura.

-Aquí no hay nadie, largo- Le ordene.

-No me iré- Alzo una ceja seductor. Estaba por perder el control. No, tranquila respira. Y eso hice… el olor, su olor me embriago, pero dentro de esa fragancia reconocí algo familiar. Un poco de… si libros, Italia… era un Vulturi.

Me iba a empiernar con un Vulturi, santos demonios, esto seria muy excitante.

-Eres de los Vulturi, ¿no?- Tenia que estar 100% segura.

-Si, ¿Cómo lo sabes?

-Tu actitud, así estaba el otro- me refería a lo seguro de su semblante. Y claro su olor, pero no quería decírselo.


Lo rodee para verlo mejor, uf, era mi hombre, seria mi hombre. Él sonrío.

-¿Qué es gracioso?- Lo mire.

-Nada- Aun sonreía. Maldita sonrisa.

-Será mejor que te vayas- En realidad, se lo dije a Emmett, no a mi futura presa. Escuchaba a lo lejos las risillas de Emmett, no se porque él no las escucho, eran tan claras.

-No quiero irme- Eso quería escuchar. El juego estaba comenzando.

-Maldita sea…- Emmett se acercaba corriendo, esa era la señal.

Di media vuelta dejando a mi hombre ahí parado, a los pocos segundos me alcanzo, también era veloz.

-¿De quien nos escondemos?

-No me escondo…- Simplemente corro para que el tonto de Emmett no me arruine el juego, aunque puede que lo haga más interesante.

El enorme Cullen, nos rebasó, aprovecho que el tipo me miraba para pararse delante de él y lo hizo caer cuando sus cuerpos chocaron. Siempre tenía ese efecto.

-Llevo dos- Le anuncie al grandote que se reía. Apuesto a que el otro gorila también nos odiaba.

-Vámonos- Dijo Emmett aun sonriendo.

Camine a su lado. Apresuramos el paso. Pero él nos seguía, si, solo se volvió más interesante.

Tomo mi brazo con furia y me aventó a un tronco, Emmett se tenso, pero lo detuve.
Decía algo de que me arrepentiría por jugar con él, pero si el juego aun no empezaba. Aseguro que era una Cullen, no era así, solo vivía con ellos y me divertía a su lado, solo eso. Pronto me largaría de ahí para visitar el Amazonas.

Bajo su mano a mi cadera y eso me lleno de calor, si muy raro, pero eso sentí.

Le dije que la quitara y la quito, lo mire. Me podía perder en el carmín de sus ojos. Eran hermosos. Y tenían que estar dilatados del placer que le daría.

Recorrí su pecho, firme y un poco marcado, eso percibí por encima de la tela de su camisa negra. Le sonreí y lo empuje, ayudada con mi don y mi fuerza sobre humana.
-Alcánzame si puedes- Lo rete.

Lo detuve de nuevo con ayuda extra. Su cara se volvió de sorpresa. Conocía que poderes tenían los Vulturi, pero ellos no sabían del mío. Lo acaricie de nuevo, y tome su mano. Caminamos en silencio hasta que él apretó mi mano más de la cuenta.

-¿Qué?- Si quería detenerse lo poseería ahí mismo.

-¿A dónde me llevas?, ¿es parte de tu jueguito? – Alzo un labio.

-Te gustaran mis jueguitos- Y mucho, te lo puedo firmar con sangre.

Continuamos el camino, de vez en cuando él me acariciaba la muñeca con su pulgar, Dios, un poco de su piel en la mía y juro que me sentía humedecer.

Dejo de respirar, seguro era por la buena presentación de la Mansión, lugar al que casi nadie se acercaba porque estaba embrujada, Ja, claro…

-Si, es horrible.

-Mucho- Susurro. Reí, mucho era poco, yo diría… lo suficiente o bastante o todo, no se.

Lo lleve a la puerta trasera de la mansión. Escuche ruidos dentro.

-Shh- Lleve un dedo sus labios, error. Voltee para enfocarme en el ruido y así saber quien más estaba en la mansión, pero su lengua en la punta de mi dedo me desconcentro-. Hey, eso es jugar sucio- Yo tenia que jugar con él, no él conmigo. Lamió de nuevo, si mi corazón pudiera latir, ya se me hubiera salido del pecho.

-Si, lo siento- Esa cara. Mentiroso.

-Shh- Unos pasos. Tape esta vez su boca con toda mi mano-. Vamos, pero no hagas ruido- Le dije casi con mímica.


Tome su mano entrelazando sus dedos con los míos. Subimos las escaleras hasta la segunda planta.

-Por aquí- Por fin llegamos al lugar del placer-. Bienvenido a mi guarida- Sonreí. Esme me había ayudado un poco y la hicimos más habitable. Un par de velas y la cama con sabanas nuevas, aunque no dormía, me gustaba sentir la suavidad de la seda en mi piel. Lo lleve al baño, le mostré la cama, la cual estrenaríamos muy pronto, comento algo de “Ni dormir”. Reí. Le solté picara que la cama no era solo para dormir.
-¿En serio? Y ¿Para que es necesaria?- Seguía mi juego.

-Para muchas cosas…

-Por ejemplo- Continúo incitándome.

-Hum- solté su mano y me rasque el mentón simulando pensar-, para divertirse.

-¿Ah si?- Hablo como si tuviera algo atorado en la garganta. Y ansíe más tenerlo atorado en otro lado.

-Si…- Me pose frente a él y lamí sus labios. Apenas rozándolos con la punta de mi lengua.

Soltó un gruñido.

-Estas jugando bien tus cartas- Sonrío.

-Full- Le dije.
-Si, ahora ya he perdido la poca cordura que tenia, atente a las consecuencias pequeña vampira seductora.
-Mátame, sexy vampiro.
Palabras y más palabras.

Con fuerza me empujo a la cama. Se quito el saco veloz. Iba a quitarme las botas, pero me detuvo.

-No, con esas te vez comible- Torció la boca. Trague en seco. Estaba a punto de ser poseída por el vampiro más sexy y candente del mundo.

Se acerco aun más y salvaje me beso en la boca. Su lengua encontró la mía, como si de eso dependiera nuestra larga existencia.

Sus movimientos eran seguros y exactos, abrí mis piernas para recibirlo y sentirlo más cerca. Se arrodillo entre ellas, y una mano se fue a mis pechos. Los apretó un poco y eso me saco un gemido, muy, muy audible. Subió la tela del vestido y sus manos acariciaron mis fríos muslos. Sus manos me quemaban. Era como si un fuego, uno que jamás me haría daño, me quemara desde el fondo de mí ser.


Me senté en la cama, siguió el movimiento sin despejar sus labios de los míos.

Pase mis manos hacia atrás y desabroche el vestido.

-Te ayudo- Dijo con voz ronca. Me hinque dándole la espalda, deslizo sus dedos por mi columna vertebral, hasta llegar a donde espesaban mis bragas. Quite el vestido por arriba de mi cabeza. No usaba sostén, mis pechos siempre serian firmes así que no había necesidad. Beso mi espalda, dejando un camino húmedo, casi como mi centro. Eche la cabeza hacia atrás recargándola en su pecho, sus manos sabias acariciaron mis pechos.

-Si…- Murmuraba en mi oído. Sus manos recorrieron mi estomago, vientre, las metió en mis bragas y empezó a jugar con mi centro.

-Ahh- gemí una vez que uno de sus dedos rozo mis pliegues. Mordió mi oreja derecha, al tiempo que osado entraba en mi cuerpo. Con fuerza lo tome del cuello.

-Te gusta, ¿ah?- Susurro.

-No… me encanta.

Siguió entrando y saliendo de mi cuerpo. Y su pelvis se empujaba en mis glúteos, restregándome con lujuria su entrepierna. Tome su cuello y lo gire para tenerlo tendido en la cama. Sonrío sorprendido.

-Así me gusta. Se ruda conmigo- Soltó.

Lo monte, bese sus labios y los mordí. Jadeo cuando mis manos se fueron a su camisa y lentamente la desabrochaba. La avente al suelo, dejando la corbata roja puesta, lo jale de ella y lo acerque a mi boca.

Sacie mi sed con sus labios, besaba tan bien. Las manos de él se fueron a mis caderas, apretándolas lleno de pasión.

-Mátame de placer- Decía.

Sonreí. Eso haría, matarlo de placer.

Alec POV

Esas manos juguetonas bajaron hasta mi pantalón y lo desabrocharon, mi cuerpo estaba ardiendo, mi entrepierna gritaba sus centro, su cuerpo. Deje que me torturara un poco, cuando por fin desabrocho mis pantalones, con velocidad los avente al suelo, quedando en calzoncillos. Relamió sus labios, al bajar la vista y verme a punto de romper la tela.

No podía aguantar más, esa gloriosa boca lamia la extensión de mi hombría sabiamente, desgarre un poco las sabanas de seda, su lengua…

-Ohhh- Rugí. Tome su cadera y rompí sus bragas.

Con lujuria mire su intimidad. Lleve dos dedos a su centro y los metí sin piedad, arqueo su espalda, se recargo en sus manos, dándome la libertad de tocar sus pechos. Los lamí uno a uno, los mordía también, dejando aun lado la ternura, ya habría tiempo para eso, ahora tenía que devorarla.

Estaba conteniendo su orgasmo, sus gestos se volvían un poema erótico, entonces se puso de rodillas y me dio la espalda.

-Tómame- Dijo posando sus manos en la cama. Mire su apetitoso trasero. Sonreí y le di una nalgada.

-Más- Soltó picara. Así es, esta chica era mía. Le di otra después de que me desnude por completo. Acaricie su trasero y juro que su piel se enchino.

Entre a ella con fuerza, pero una tensión me asusto un poco.

-Ahhh- Grito. Estaba estrecha, como si…- Aun era virgen cuando me convirtieron.

-Seré cuidadoso- ¿Lo ven? Esta chica me hacia decir cada cosa…

-No, sé salvaje- Sonrío.

Respire el aroma que inundaba la habitación. Tome sus caderas con ambas manos y me avente a ella de nuevo. Grito una vez más. Y sus cabellos se movieron con el movimiento de mi cadera contra su cuerpo.

Deje sus caderas y lleve mis manos a sus pechos, me incline y le moví el cabello para besar su cuello.

-Más- pedía con voz entrecortada. Y eso le di, mis estocadas contra ella aumentaban. Y ella pedía más y más.

La tome del cuello y la levante estrechando su espalda contra mi pecho. Llevo sus manos a mi trasero y lo apretó entre sus manos. ¡Dios! ¿Dios? ¿Acabo de pensar en Dios? Pues si, esta mujer, esta salvaje mujer me movía el mundo entero.

Comenzó a mover su rico trasero en mi entrepierna. Lleve una de mis manos al frente, jugué un poco con sus senos, sacándole gritos y gemidos de placer, intentaba contener sus gritos mordiendo sus labios, pero le era imposible y eso me llenaba de orgullo. Baje la mano a su húmedo centro y la estimule moviendo mis dedos en círculos.

-Ahh- Gimió de forma audible. Así me gustaba escucharla, quería que gritara mi nombre, momento… no sabe mi nombre, ni yo el de ella.

-Dime tu nombre- Le susurre en el oído y después lo lamí.

-Li…. Ahhh- grito. Se estaba viniendo. La avente al frente. Pero ella se opuso.

A velocidad vampirica hizo que saliera de ella, para aventarme a la cama y montarme

Reprimió un grito cuando entre de nuevo. Puso sus manos en mi pecho y enterró sus uñas cuando empezó a mover sus caderas en círculos. Subí las mías por el contorno de su cuerpo hasta llegar a sus pechos, verla haciendo muecas de placer me estaba excitando más.

-Dime tu nombre- Le recordé. Tome sus caderas y la hacia subir y bajar.

-Ahhh…- Relamió sus labios, se inclino a besarme-, Lilith.

Y después grito.
Brinco y sus pechos saltaron provocándome.

-Lilith…- Dije entre jadeos. Acaricie sus piernas, aun con las botas, después su trasero. Lo masajee humedeciéndola más.

Levantaba mi pelvis para entrar en lo profundo de su ser. Y eso le encantaba, gritaba…
-Soy Alec- Dije una vez que se vino…

-Ohhh…- Miro mis ojos. Acaricio mi mejilla y se tumbo a un lado mío.

Su pecho subía y bajaba, esto si que había sido agitado. Pero yo aun, no me saciaba de ella.

Lilith POV

Se incorporo mirándome, respirar entrecortadamente no me pasaba, no necesitaba respirar, pero con lo sucedido, quería aspirar su aroma millones de veces.

Con un dedo trazo una línea imaginaria desde mis labios hasta mi obligo, arquee la espalda un poco al sentirlo. Mis piernas estaban ligeramente abiertas, termino de abrirlas y me jalo hasta el borde de la cama. Se arrodillo en el suelo, sin dejar de mirarme, soplo en mi centro.

-¿Qué haces?- Quise saber incorporándome.

No me contesto, se relamió los labios y su lengua acaricio mis pliegues. Grite, eche el cuerpo hacia atrás, dejándome comer por ese vampiro petulante.

De nuevo su lengua me toco, la textura era justo lo que me faltaba para venirme de nuevo; dejo mi centro y coloco mis piernas sobre sus hombros. Sonrío maliciosamente.

-Ahhh- Apreté las sabanas hasta romperlas. El vaivén de sus caderas no se hizo esperar.

Por eso me gustaban los vampiros, porque jamás se cansaban y siempre estaban listos. Él me gustaba más porque era salvaje, era mío.

-¡Aleeeeeeeeeeec!- grite una vez que acaricio mi centro con su punta y entro sin piedad en mí. Difícilmente de explicar mi cuerpo estaba a nada de estallar.

Abrace sus caderas con mis piernas y lo obligue a entrar más. Beso mis labios de forma alocada, su lengua me recorría el cuello, después susurraba cosas bastante perversas. Justo como me gustaba.

Esto era diferente, no podía ni quería explicarlo, alargaría el momento hasta que me saciara de él, pero no creo saciarme de él algún día. Tomo mi cuerpo y lo abrazo, camino sin dificultad a una de las paredes, empujándome a ella, sentí que me desgarraba el interior. El choque de nuestros cuerpos se oiría hasta China, que más daba, era completamente feliz, más que feliz.

-Nunca te libraras de mi, Vampira Seductora- Susurro en mi boca, cuando lo sentí tensarse y acabar en un rugido.

-¿Es una amenaza?- lo abrace de la cintura.

-No, es una promesa.



7 comentarios:

Anónimo dijo...

Waaaaa BEU!!!

Te quedo super sexy....

Lo de las botas ME ENCANTO!!! Ahahhahahahahahah

Te luciste nena!! Ahahahahahaha fue magnifico!!!

Lemmon UP!!

Lullaby dijo...

Beuuuu!!!!! Que salvaje ese vampiro! quien diría Alec???? waaauuuu.... me encantó, el niño se convirtió en hombre gracias a vos!!!! besotes hermosa!

Laly Michelle dijo...

Ahhh!!! ADORE el OS, me dio mucha risa en algunas ocaciones jaja...me encanto, todo muy pasional!!! amo a Alec!!! jaja!!....ahora confieso lo que en verdad me mato:
El final!!:
-No, es una promesa.


ahhhh estubo superr!!! me encantooo!!
es la primera vez que leo algo tuyo y me encantoo!! soy tu Fan!!!

Teles dijo...

Beu!!! me ha gustado muchísmo! me he reído una barbaridad y la historia es supesexy con un punto romántico sutil...Me encanta, nena.
Un beso.
T.

Ale de Moesia dijo...

Beuuu!!!

jaja ruda eh xD

me encanto es poco!! las botas mm yomy jaja y alec ya esta en edad de merecer xD

io quiero esa lengua xD


Lemmon up!!!!

Te adoro mi tua rocker *O*

xau!!

atte: Tu cRi Cri!! jaja xD

Ada Parthenopaeus dijo...

Beu moris preciosoa me dio calooor mucho calooor me encanto este os ..
lo disfrute muuucho ... muchooooo
muchooo
me encanto lilith!!! me encato todo de ella ...
lo amee mi moris

NaNaCullen NTLS* dijo...

mi beuuu beu respetda beu! es unlemmon gniialll° me encanto al verdad... uff que salvaje jajajja que alec tan hot! OMG te kelooo