Para tus sentidos...

marzo 11, 2010

ONE SHOOT EN BOCA DEL LOBO VII & KATHE BLACK


EN BOCA DEL LOBO


Summary: Paul esta patrullando, cuando decide darse una escapadita, sus movimientos lo llevan a una escabrosa casa, donde la pasión puede desatarse

NOTA: OS para aniversario del Lemmon organizado por La Banditha
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El sol se había ocultado en el horizonte, el bosque carecía de sentido para mí, me sabía la ruta como si fuera un tatuaje gravado en mi mente.


Esa noche no tenía compañía en la cabeza-Gracias al cielo-pensé, para mi suerte Jared y Sam no estaban patrullando conmigo. Jared había argumentado la fiesta de cumpleaños de Kim y Sam acompañaría a Emily a la misma, para mi desgracia yo aún no tenía impronta y como era “el sobrante” –Era el más indicado.


>> Y sin la “conexión mental” con la manada de Jake estaba solo. Solo con mis pensamientos, lo cual era tan bueno como malo. Bueno por el lado de no tener una “mente colectiva” y gozar de un tiempo para mí. Y malo por que como por instinto pensaba que en cualquier momento la voz de Sam tronaría alegando alguna cosa.


O comenzaría a ver imágenes de Kim desde la mente de Jared, pero esta vez sabía que no ocurriría. Me reí por extrañarlos “inconscientemente”. Meneé la cabeza intentando despejar las ideas y concentrarme en mi trabajo. Después de todo la adrenalina y la velocidad eran lo único que tenía en ese entonces.


>>Sentía la tierra húmeda,- por el rocío diario que bañaba los bosques de Forks y la reserva- cediendo bajo mis patas, y como cada músculo se contraía y aflojaba al correr.


Sinceramente amaba mi forma lupina. En mi “ser humano” me sentía con capacidad suficiente para infundir miedo. Pero como lobo me sentía más poderoso, aunque en esta ocasión estaba soberanamente aburrido, sin la presencia de mi manada, patrullando por el mismo sendero como todas las noches. Era una tortura.


>>-Bien, si no hay nadie que me vigile… tal vez sería una buena idea conocer otro territorio- pensé en mi fuero interno. Me encantaba la aventura, y mientras no rebasara los límites del tratado con los Cullen, no habría problema alguno. Me convencí.


Después de todo no había nada que perder, ni a quien rendirle cuentas. O por lo menos esa noche no. Divisé un camino que serpenteaba entre dos grandes robles, pararía directo en la frontera con Seattle, pero no importaba necesitaba despejar la cabeza.


>>Corrí aproximadamente una hora, el trecho era más oscuro en algunos lugares, y los helechos abundaban en gran manera en otros tantos, la tierra parecía más húmeda, como si acabara de llover en ese lugar del bosque. Había demasiadas ramas y hojas furtivas que escapaban de los árboles enormes.


Bajé el ritmo y decidí ir a trote, uno nunca sabía lo que se pudiera encontrar por lugares desconocidos. Aunque prácticamente al igual que cualquier sanguijuela, yo era el predador más grande que podría deambular en ese momento por aquel lugar.

La noche parecía más negra mientras la luna se cubría en lo alto del cielo, por satín negro. Predispuse los sentidos, afiné más el oído y ligeramente retiré el labio superior, en una actitud de defensa-por si acaso-se repitió mi interior


-Estas volviéndote una niñita-me recriminé.


Avance con cuidado por el sendero que aun no perdía sus límites, me recordaba a esas pinturas que se veían en las revistas o la televisión donde el paisaje estaba totalmente predispuesto para ser pintado, sin ninguna rama o color fuera de su sitio.


>> Agudicé más los sentidos. Tanta perfección me ponía la piel de gallina. Instintivamente recordé los perfectos rostros pálidos de los Cullen, y me estremecí, de terror y repugnancia. Un chupasangre era lo menos que deseaba encontrarme por esas nuevas tierras.


Presté más atención a cada minúsculo detalle, mientras avanzaba entre la maleza, un tanto más relajado. Pero alerta-Siempre alerta-decía Sam


El tronar de una rama


Una hoja al caer


La música de un grillo


El cantar de un búho


Una puerta chirriar


-Una puerta ¿Qué?-Definitivamente el escenario me estaba jugando una mala, muy mala pasada


-Concéntrate, No seas gallina- Se burló el Paul interno.


>> Nunca me había considerado miedoso, más bien toda la manada decía que mi valentía me caracterizaba. Tanto que por culpa de mi “valerosidad” me acarreaba cada problemita.


Instantáneamente recordé a Edward, Bella y hasta Jacob. Yo y mis clases de macho. Pero esto estaba sobrepasando toda clase de valor, ese sin lugar a duda era el auténtico sonido de una puerta.


Volví a agudizar el oído.


La carrera de un ratón


El sonido del viento despeinando las copas de los árboles


Una puerta chirriar


No, no estaba loco, me había convencido. Mi abuelita citaba un dicho que rezaba


“Una vez es gracia. La otra ya es maldad”. Me dirigí con cuidado al epicentro del sonido


La puerta chirrió con más fuerza, y el caer de una ventana de forma estrepitosa. Prácticamente hizo que brincara hacia atrás con fuerza. Con más de la que pretendía.


>> Con cuidado me acerqué al sendero- o al que yo creía que era el sendero- de donde provenían los ruidos. No estaría lejos unos 200 metros llegaría en cuestión de segundos.


Todos mis instintos de supervivencia, incluyendo los animales, me gritaban que retrocediera y echará a correr por donde había venido. Si, era valiente pero no pendejo.


>> Aunque una parte de mi, forcejeaba por ir en contra de las reglas y llegar al lugar. Me debatía por a qué lado de “La razón” hacerle caso. Pero decidí por primera vez ir en contra de las reglas.


Y cuando encaminé mis patas de vuelta a tierra, las dudas me embargaron ¿y si aquello era una trampa? Después de todo no serían los Cullen, o sus amigos los que habitarían ahí. Segurito se trataría de parásitos sin respeto por la vida humana, y mucho menos por la vida lupina.


>>La mente me trabajaba a tropel, pero cuando me di cuenta ya era demasiado tarde, no supe en qué momento lo había conseguido. Pero ya había llegado.


Delante de mí se alzaba impetuosa, y claramente desierta una vieja cabaña de madera, con las puertas desgajadas y ventanas rotas a causa del movimiento del aire. El sonido de puertas que chirriaban y ventanas desquebrajadas se hacía más presente cada vez.


Tragué en seco e intenté moverme pero había algo ahí dentro que me resultaba atrayente.


Así que me arme de valor, aunque confieso que me moría de ganas por dar media vuelta y no saber nada acerca de esos ruidos de esa extraña cabaña.


Quizá era el hecho de que nunca había pasado por ahí, el que me produjera una especie de adrenalina o atracción. Así que cambie mi forma, volviéndome a poner la única prenda que llevaba-un simple pantalón atado a mi pierna- me lo puse rápidamente y me dirigí lo más silencioso posible.


Quizá era un estúpido por no darme vuelta a la primera señal de alarma que sentía, pero algo en esa cabaña me parecía demasiado inquietante.


Así que avance un poco mas y abrí, más bien, derribe la puerta a causa de lo gastada que se encontraba por el tiempo que había estado deshabitada.

Entre alerta de cada uno de los movimientos que hacía, quien sabe que cosas o quienes estaban dentro de esa cabaña. Lo único que sabía que debía hacer era estar alerta de cualquier ruido extraño.


Avance varios pasos adelante, donde se divisaba una extraña pero antigua forma de la que era la parte de una sala. Había una especie de sillón de hace varios años atrás en tonalidades grisáceas, junto con una chimenea que a simple vista se notaba su falta de uso, aunque por dentro parecía que no tenía mucho tiempo sin usarse aunque eso era demasiado raro, ya que estaba lo bastante lejos para que alguien fuera a ese lugar.


Seguí caminando explorando el lugar, cuando divise unas escaleras en la parte derecha de la cabaña, tenía los escalones muy desgastados.


Y de pronto escuché un ruido.


Era como si hubiera algo o más bien alguien se moviese en la cabaña. Caminé tratando de hacer el menor ruido posible, avanzando en dirección al sonido que había producido al parecer el suelo de una habitación no muy lejos de donde me encontraba. Por qué ese lugar además de escabroso era enorme.


Lo único por lo que rogaba era que no se tratara de una asquerosa sanguijuela

Me quede casi pegado a la pared, poniendo primero un pie y luego el otro para no producir ningún ruido que pudiera ahuyentar a eso, que habitaba en la casa. Dando pasos cortos pero seguros me encontraba ya en la puerta de la habitación.


-Aquí vamos- me dije a mí mismo. Primero pase un poco la cabeza a través del marco de la puerta pero no había nada, o más bien el lugar estaba deshabitado, mis sentidos estaban más que alterados.


Observe la habitación detenidamente en la zona de la parte izquierda estaba una pequeña cama con un gran espejo frente a ella, sobra decir que no había sábanas o instrumento que le diera un toque decorado a la estancia.


Estaba sumamente agotado, la patrulla, y la carrera hasta ese sitio me habían hecho sentir tan atontontado que posiblemente a ello se debieran mis alucinaciones. Ya tenía más que claro que nadie, absolutamente nadie podía estar escondido en ese tenebroso sitio.


>> Y quizá por nadie me refería a chupasangres o algún otro cambia forma, de ser así mis sentidos lobunos lo habrían detectado, me dirigí a la cama, escuché el tronar de mis pisadas sobre el piso crujiente de madera, y entonces un fino olor silvestre me entró por los pulmones seguido de un eco de pisadas en la parte baja de la cabaña.


Era una esencia humana, estaba absolutamente seguro de que se trataba de una mujer.


Bajé detenidamente las escaleras, un simple humano, no escucharía mis pasos, me asomé con cuidado en cada rincón del piso de abajo, pero no había nada, era como algo o ese alguien se empeñara en no dejarme encontrarlo


-Una de dos o te estás volviendo loco, o tienes demasiado sueño-se burló mi inconsciente


Gruñí ante mis propios pensamientos, quizá era eso o quizá no, aún no registraba la puerta que había debajo de las escaleras, debía haber sido el primer lugar en donde comenzar, pero como era completamente obvio lo había descartado


-A veces lo obvio es lo que no se ve- recordé las palabras de mi alpha, Sam siempre tenía razón en lo que hablaba, solo esperaba que si en verdad había alguien dentro, no hubiese huido de su escondite


>>Avancé con lentitud sobre el espacio, y para mi sorpresa la puerta aún conservaba la perilla, reí entre dientes, por el mal chascarrillo, y la giré con lentitud, justo cuando del otro lado, percibía una oposición


Alguien intentaba cerrar la puerta desde dentro, alguien quería impedirme el paso, la esencia silvestre que se coló por la rendija de la puerta en efecto pertenecía a una mujer


-Hey!-grité cuando, siguió empujando con fuerza, contra mi desnudo pie que servía de obstáculo para cerrar la puerta-Quien eres?-grité a la mujer que había dejado colar uno de sus largos mechones de cabello entre la abertura.


-Dejame, Dejame!-gritó asustada y nerviosa-No me hagas daño-casi suplicó cuando la puerta cedió y pude derribarla.


Entonces entendí el por qué, estaba atrancada del otro lado con una especie de caja de seguridad-o lo que se suponía que era-seguramente funcional en su vida pasada, estúpidamente un bloque para un licántropo, ya decía yo que una mujer no podía oponer tal resistencia, a menos que fuera o una loba, una sanguijuela o una híbrida como Renesmee.


>> Era una chica, que se cubría la cara con ambas manos, su tono cobrizo de piel se me hacía familiar, sollozaba audiblemente, y tenía el cabello enmarañado, el cuerpo lo cubría con una especie de vestido, desgajado en algunos lugares y raspaduras evidenciaban que había sufrido un accidente


-Dejame, vete, por favor no me lastimes-volvió a suplicar, cubriéndose más el rostro, como si temiera que un asesino en serie la hubiera descubierto


-Hey, tranquila, no voy a hacerte daño-le dije moviendo las manos en su dirección, la chica parecía inofensiva, como había pronosticado una simple humana.


-De verdad no lo harás?-preguntó entre sollozos más contenidos


-Claro que no, ¿estás bien?-le pregunté, idiota por supuesto que no estaba bien, que acaso no veía las marcas en su cuerpo?

La chica poco a poco fue limpiándose el rostro con las manos, aunque mantenía los ojos firmemente apretados, pude ver sus facciones, una boca grande, los labios hincados, la nariz afilada y pequeña, la piel cobriza.


>> Una de sus manos se limpió un ojo y lo comenzó a abrir, mientras respondía:


-No, no lo estoy-dio la vuelta a la muñeca y se limpió con el antebrazo los dos ojos

Yo esperaba como un niño la visita de Santa Claus, poder contemplar a la perfección sus rasgos, y me mantenía expectante, cuando por fin abrió los ojos y se encontraron con los míos, una ligera mueca de lo entendí fue una sonrisa apareció en su rostro


>> Entonces, cada pieza de mi vida, cada palabra, cada blasfemia pronunciada, cada carcajada, cada lágrima, cada momento vivido y añorado todo absolutamente todo carecía de sentido. Por que todo lo que ahora necesitaba, todo lo que me ataba con cables enigmáticos y firmes al núcleo de la Tierra se encontraba delante de mí


-Tu…-susurré, quería tocarla quería sentir su suave piel en mis dedos, quería besarla y estrecharla en mis brazos


Si los chicos me vieran en este momento, dirían que Paul se había vuelto un algodón, pero por ella estaba dispuesto a convertirme en Alex Meraz, si era necesario.


Esa chica era mi impronta, la razón de mi existencia, el amor de mi vida.


-¿yo?-inquirió ella un poco tímida, y yo no tenía idea de cómo contestarle, por que evidentemente no le podía decir que la amaba.


-Sí, Tú, ¿se puede saber que hace una chica en una cabaña abandonada en el bosque en medio de la nada?-fue a lo único coherente que atiné a decirle


-Verás- respondió en un suspiro mientras se dirigía a los gastados escalones de la casa, entonces entendí la magia de la imprimación, cualquier chica en su lugar se hubiera sentido hasta acosada, o que se yo-Tuve un accidente por estos rumbos, mi auto se quedó sin frenos, ayer debería estar en casa con mi padre y mi hermano, pero, no se ni siquiera en que maldito lugar del mundo me encuentro-susurró sentándose en un peldaño


-Como fue el accidente?-pregunté intentando que mi voz no sonara tan alarmada como me sentía. Por qué imaginé mil cosas, entre ellas que no se hubiera salvado y un dolor lacerante se amoldó en mi pecho. Comprendí que de ahora en adelante mi vida estaba ligada a la de ella, y su dolor también sería el mío

-Venía de Washington por qué ahí es donde vivo, mi padre y mi hermano viven cerca de Forks, y aunque siempre les aviso cuando los visitaré, esta ocasión fue de improviso me dieron unas vacaciones en el trabajo y decidí venir, lleve el auto a revisión antes de que me encaminara-volvió a suspirar y mis pies se movieron en dirección a ella sentándome a su lado en las escaleras-pero ya ves, no se puede confiar en los mecánicos- e hizo una mueca burlona cuando pronunció la palabra.

-Entonces te quedaste sin frenos-confirmé mirándola a los ojos, esos enormes pozos oscuros, ella tenía una familiaridad con alguien, estaba seguro, que me recordaba a alguna persona que hubiera visto antes


-Así es, el auto no frenó en la cuarta curva de la carretera a Seattle, no pude controlar el auto y salió volando, no sé cómo es que sigo viva- las lágrimas escaparon nuevamente por sus ojos y esta vez no pude contener el deseo de limpiarlas con uno de mis dedos


Me miró extrañada, pero agradecida –Y como has llegado hasta este lugar?-le volví a preguntar en un afán de ocultar mis enormes ganas de abrazarla


-No lo sé creó que fue ayer, si, fue ayer cuando desperté en medio del bosque, el auto estaba estrellado a unos metros de donde me había arrojado y mi ropa-dijo señalando su perfecto cuerpo-está destrozada


>> Me acerqué a una de las valijas que también habían saltado fuera del auto, y para mi suerte era la de alimentos provisionales-la miré enarcando una ceja, y ella soltó una risita sofocada-No es que sea una glotona, pero mi hermano siempre me pide comida de un restaurante mexicano ,dice que es mejor ahí


Me reí inconscientemente imaginando a la manada deleitar tan suculentos manjares, aunque el único manjar que me apetecía probar estaba a un lado mío


-Caminé sin rumbo, estaba cansada, cuando divisé una brecha, la que me trajo aquí, la seguí esperando hallar un camino a la carretera, pero no encontré más que esta casa vieja.


-Y no te dio miedo alojarte en esta mansión?-le dije sintiéndome un tanto imbécil


Para mi sorpresa a pesar de los vestigios de lágrimas en su rostro ella río, y su sonido fue música para mis oídos


-Al principio- dijo-Pero era esto o el bosque, y créeme que le temo más a los lobos que a los fantasmas-volvió a reír pero, no me di cuenta que eso no me hacía imitarla.

Yo era un lobo


-Y como se supone que me has encontrado?-preguntó sacándome de mis pensamientos, entonces noté la cercanía en la que se mantenían nuestros cuerpos, me estremecí-Yo no pedí auxilio al 911 de hecho hasta el celular perdí, por eso no he llamado a nadie


¿Cómo le iba a decir que era un hombre lobo, y que estaba patrullando, cuando decidí hacerme el rebelde, y desobedecer a mi alpha escapando por la misma brecha que ella había tomado, y que me había hecho el valiente y ahora la deseaba, como nunca lo había hecho con ninguna otra chica, por que me había imprimado?-Genial explicación Paul


-Hey!-gritó meneando su mano delante de mí-¿Cómo me has encontrado?-volvió a preguntar cuando un estrepito de ruido amenazo con volar la planta baja


Ella por impulso apretó mi mano que tenía demasiado cerca, y yo lo agradecí, su piel era suave, tibia y perfecta


-Una tormenta está por caer-le dije sin soltarla de la mano-Será mejor que vayamos al piso de arriba, por cómo está la cabaña, apuesto 10 a 1 a que esto se inundará

-Tienes razón, nos mojaremos, aunque no apostaré contigo, no tendría con que pagarte-miré fijamente su rostro y un tono rojizo se extendí por sus mejillas

Me reí,


-Vamos, estaremos mejor arriba-le dije arrastrándola prácticamente por las tambaleantes escaleras, mientras ella se pegaba a mi cuerpo, y un rayo partía el cielo


Prácticamente brincó y se estrechó más a mi, cuando escuchó aquel rugido del trueno


-No te vayas a reír-dijo mientras yo abría una puerta, era la habitación que según yo estaba más completa y menos probable de llenarse de agua-Me dan mucho miedo las tormentas


>>Nuestros ojos se adaptaron a la oscuridad, dando algunos traspiés, ya que la noche estaba entrada, y las habitaciones aun conservaban ventanas, la mayoría rotas, pero solo la planta baja dejaba pasar un alo de luz de luna. Aquí arriba no había más luz


-No tienes que tener, seguiré aquí contigo-le respondí estrechando más su mano, y agradecí tener vista lobuna, para contemplar el rubor en sus pómulos


Me senté en un rincón de la alcoba, no había muebles, como en la otra, pero podía estar más cómodo en el piso que en una vieja cama


Ella se sentó a un lado mío, y comenzó a temblar


-Mucho frio?-le pregunté con obviedad


-Un poco, sobra decirte que mis prendas están


-en el auto chamuscado-reí y sentí un pequeño golpe de su mano contra mi duro pecho, mi niña quería pegarme, me parecía tan divertido y tierno. Entonces la oí tragar en seco cuando se dio cuenta de lo dura de mi complexión


-Me recuerdas a mi hermano-dijo tocándome el brazo, delineándolo con sus finos dedos ¿me estaba provocando?-creo que toma esteroides-río-últimamente esta- se interrumpió y añadió en un susurro-más duro-completó y la vi sonrojarse de nuevo


-Yo no tomo esteroides-me carcajeé-dile a tu hermano que son malos-y nos unimos en un coro de risas

Otro trueno más y ella se acurrucó contra mi pecho, me sentí estremecer ante su contacto, pensé que hablaría, o se quejaría por la tormenta pero no lo hizo, entonces ladeé la cabeza, para encontrarme con unas oscuras pupilas dilatadas, tratando de observarme, si ella pudiera verse entendería que de alguna forma me miraba


Esta vez, no pude contener a mi mano pasear delimitando el contorno de su rostro, la sentí estremecer, y la vi cerrar los ojos, para después suspirar. Poco a poco mi rostro se acercó al suyo, quería besarla, debía sentir sus labios sobre los míos, pero me detuve a unos milímetros de su rostro


>>La vi abrir los ojos confundida, pero después decidida, acerco su rostro al mío los milímetros que nos separaban y se detuvo justo cuando mis labios tocaban los suyos


-Segura que quieres hacer esto?-le pregunté con la voz un tanto más ronca de lo que quería y ella sonrió


-Quiero-dijo convencida contra mi boca


El contacto fue un acto de magia, de luz, una corriente eléctrica se esparció por todo mi cuerpo, intenté ser suave, para que lo disfrutara, aún contra mis deseos de arrancarle la boca, esa boca que era mía, pero mis intentos por ser dulce se vieron destruidos cuando comenzó a morder mi labio inferior, y sus manos se enredaron en mi cabello, atrayéndome más a su exquisita figura.


>> La escuché jadear, y al instante ya tenía sus piernas enredadas en mi cintura, su aroma silvestre me llenaba los pulmones, y mis manos se enredaban en sus largos y negros cabellos, cuando me faltó el aire, bajé a dejar un camino de besos desde su clavícula hasta la fina línea de su escote, ella gimió.


Me alejé de su cuerpo cuando comprendí, que si la hacía mía, ya no había marcha atrás.


-Estas… segura… que… quieres… seguir… con… esto?-le pregunté entrecortadamente, porque ella se dedicaba a morder el lóbulo de mi oreja, mientras yo la pegaba más a mi cuerpo atrayendo su cintura


-Segura-logró decirme en un jadeo-y… yo tomo pastillas, completó, y la sentí reír antes de que succionara mi oreja izquierda.


>> Me hizo perder el control y la tumbe sobre el suelo de madera, que crujió ante nuestro peso, mis manos fueron descubriendo cada parte de su piel, tomando entre los puños, lo que quedaba de su vestido, una de mis manos bajó el tirante derecho, mientras sentía como su anatomía se retorcía de bajo mío


Sus manos aferraron mis cabellos, impulsando a mi rostro hacia la entrada de su escote, claramente ella me estaba diciendo que hacer, comencé a jugar con mi lengua, dejando una señal evidente de que me situaba entre sus senos, con las dos manos, los dejé al descubierto de tela, deshaciéndome de su sostén


La miré embelesado, era la mujer más hermosa, que podría existir sobre la tierra, sus manos se desplazaron de mi cabello a mi espalda, mientras yo me dedicaba a arrancarle gemidos mientras degustaba su pecho.


Una de sus piernas se introdujo entre las mías, presionando mi virilidad con fuerza, haciéndome gemir como ella


-No seas traviesa-atiné a decir mientras aun jadeaba, y de un movimiento sacaba completo el vestido, dejándola solo con bragas


-Lo soy-dijo mientras sentía su pie introducirse en mi única prenda, ya que tampoco llevaba interior, ¿para qué?, si de cualquier forma la iba a hacer jirones


Ahogó un grito cuando sintió mi masculinidad al contacto con su pie, y supe que estaba “midiendo” mi instrumento, eso me provocó aun más y la alcé sobre mi, deshaciéndome de su ropa interior, y sintiéndola más caliente contra mi piel


>> La deposité ligeramente en el piso, y con sus hábiles manos, me desabrochó el pantalón, se agachó hasta que lo dejó completamente fuera de mi cuerpo, mientras yo me apoyaba con una mano de la pared, ella se pegaba a mi cuerpo, haciéndome rozarla sin poder penetrarla. Me estaba torturando


Pasó su lengua por cada parte de mi cuerpo, comenzando en mi miembro, subiendo por mi abdomen siguiendo por mi cuello, lamiendo cada centímetro de mi piel. No aguanté más y la cargué en el aire, inmediatamente enredó sus piernas en mi cintura, y sin piedad de ella, comencé a entrar


>> Hizo una mueca, mientras se acostumbraba a su nuevo huésped, le dolía, la miraba y me infló el pecho de felicidad comprender, que ella era la indicada, no había estado con nadie más antes de mí, era el primero por que era mía.


Las embestidas la sacudieron, hasta que pude sentir como me mordía los hombros y arañaba la espalda, su cadera comenzaba a trazar círculos más violentos alrededor mío, provocándome espasmos, y sacudidas a la par de ella. En unos segundos echó la cabeza atrás dejándome al descubierto su cuello, me moví más frenéticamente, mientras ella gritaba haciéndome entender que el orgasmo estaba por pasar.


>> Pero volvió al lóbulo de mi oreja, lo mordió y masajeó, cuando con una última embestida furico, me introduje completamente en ella, haciéndonos llegar al clímax, juntos, unidos como estaríamos de ahora en adelante.

.

.

La mañana introdujo un rayo de luz entre las ventanas de la cabaña, su silueta estaba sentada a mi lado, trazando formas en mi abdomen, y sonriendo pícaramente.

-Buenos días- me saludó, dándome un corto beso en los labios

-Hola hermosa-le dije


-Crees que sería posible que nunca me dejaras?-me soltó de repente descolocándome por completo. Me puse senté y la miré fijamente tomando su rostro entre mis manos


-Tú eres mía, mía ayer te marqué, me marcaste y nunca te dejaré-respondí y por alguna extraña razón vi en sus ojos que me creyó


El trayecto en el bosque se hizo demasiado corto, en su compañía, platicamos, la cargue “de caballito” jugamos carreras y nos besamos, sobre todo nos besamos

-Entonces donde dices que debo ir a pedir tu mano?-le pregunté


-cierto, no te lo dije ayer, mi padre vive en la Push-respondió y yo no me lo podía creer, ¿padre, hermano?


-Yo soy de la reserva-le contesté disimulando una risa


-De verdad?-dijo emocionada-entonces debes conocerlos, o yo debería conocerte a ti


-Quien es tu familia?-le pregunté


-Apuesto 10 a 1 a que si los conoces-me dijo en tono seductor, ahora que sabía que tenía que apostar


-Bien, jugamos-acepté besándola


-Mi Padre es Billy, y mi hermano es Jacob Black-dijo riéndose y caminando delante de mí, me había dejado petrificado


-Qué pasa?-preguntó regresando al lugar donde estaba clavado como árbol


-Rachel-susurré y la alcé en vilo por los aires, para después juntarla a mí pecho


-como sabes….?


-Digamos que conozco a Jake, más de lo que imaginas-respondí


-Eres uno de sus amigos?-inquirió con esa carita que me ponía a sus pies-Quil, Embry, Jared, Sam, Paul?-dijo perfectamente mi nombre sonaba a gloria en su boquita


-Paul-respondí-A propósito, mucho gusto-reímos


-Que tanto conoces a mi familia?-preguntó con esa mirada propia de mi Rachel


-Conoces las leyendas de la tribu ¿cierto?- sus ojos me miraron atentos, el destello de luz, y el sentimiento de estar enamorado, de encontrarla, de haberla hecho mía, mi imprimación, sentí el pecho inflarse ante la certeza de esa realidad Rachel era mía, le pertenecía a este lobo para siempre, el resto es otra historia.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay mis Vithes!!! Les kedo hermoso!!

Waaa Hicieron ke me enamorara de Paul!!

Y la frase:
Si los chicos me vieran en este momento, dirían que Paul se había vuelto un algodón, pero por ella estaba dispuesto a convertirme en Alex Meraz, si era necesario.

AHAHAHAHHAHAHAHAHA ME MATARON!!!!

Fue divertido, y candente! lo disfrute muchisimo^^

¡¡bamh!! dijo...

Mientras leo comento xD ja:

Esta parte me va encantando: “Una vez es gracia. La otra ya es maldad”.

Paul se volvio un algodon... jajaja Descrudado y blanqueado cierto? :P

Lo de convertirse en Alex meraz, jojo, Es Rachel. jajajaja
Chupate esa Paul! jajaja xp

Muy buen shoot, sobre todos los dichos y los pensamientos de Paul :)
Saludos chicas!

Teles dijo...

Preciosas Vii y Kathe he adorado el shoot!!! Los pensamientos de Paul, son geniales!,además me emocioné muchísimo con el momento de la imprimación y bueno, todos los guiños, es además de caliente divertidísismo!
Un beso.
T.

Ada Parthenopaeus dijo...

Viiii & Kathe lloro que os ma tienro ... me encata que el lobito se haya asustadito .... que lindo Rachel y paul... wow!!! los ameee.... me quieren volver fan re fan d eloa manada verdad??
me encanto y el lemmon ufff

NaNaCullen NTLS* dijo...

que hermoosoooooooo Oh DIOS! que espectacularrr nunca me imagine un Paul tan hermoso y tierno! chicas las amo... pondre un fragmento de su OS en mi fb por supuesto citandolas... espero no les moleste diosss que bello!!